Cuando se le pregunta a las personas que muestren las fotos sobre el incidente la mayoría indica que no tienen. Estudios demuestran que menos del 20% de las personas accidentadas toman fotos sobre el accidente, aunque dicho prociento ha aumentado pues al presente los teléfonos móviles ya traen una cámara integrada.
A la hora de evidenciar las condiciones del lugar donde ocurre el incidente, las lesiones sufridas, la posición de los vehículos, el piso mojado, sucio, etc. una fotografía tiene la capacidad de transmitir muchísima información que ayuda a esclarecer la controversia. De hecho, sus abogados de accidentes se las solicitarán durante la primera entrevista.
Por otro lado, es un hecho que la persona que sufre un accidente no necesariamente está en condiciones de tomar fotografias. La razón es simple: al sufrir un accidente de cualquier tipo el dolor y la confusión ocupan la primera posición en la escala de prioridades. Por tanto, el pensar sobre la necesidad de tomar las fotografías pasa a un plano secundario.
Para lidiar con este asunto, es recomendable que un familiar, colega o amigo, o cualquier testigo presente en el lugar de los hechos, le haga el favor de tomar las fotografías.
Lo cierto es que \”una fotografía dice más que mil palabras\” y a la hora de probar su caso, pudiera tener un alto valor probatorio que sin lugar a dudas será considerado por el Tribunal.